Dimisión de nada

Ninguna dimisión de la lucha por la construcción de la República Catalana.
¡Nos reafirmamos ahora y siempre!

El 27 de septiembre se inició, para la CUP-CC, un momento histórico, ilusionante, que late con pasión, al mismo ritmo que el corazón de tantas y tantas personas que esa noche celebraban la mayoría parlamentaria independentista que abría las puertas, de par en par, para avanzar hacia la construcción de la República.

Desde el día siguiente nos poníamos manos a la obra reconociendo la labor que se derivaba de aceptar que los resultado electorales nos daban una mayoría formidable para comenzar el proceso hacia la independencia, pero no para cerrarlo. Así que a la vez que iniciábamos el proceso de ruptura, teníamos que dar señales inequívocas que nos permitieran sumar a este proyecto colectivo todas aquellas personas que todavía no se sienten identificadas. Para nosotros esto significaba que las políticas que se habían de emprender durante estos dieciocho meses excepcionales debían mostrar, tanto a nivel social como constituyente, que la República que emergía era la República de la justicia social y la democracia real. Que con la autonomía, la corrupción y la austeridad se dejaban enterradas para siempre eccemas que no habían parado de supurar en el marco del caduco y irreformable Estado español. Había que dar el máximo empuje al proceso, desatando el poder constituyente que, por encima de liderazgos personales y de partido, representa la dimensión multitudinaria de su transversalidad.

Del 27 de septiembre hasta ahora han pasado tres meses duros y difíciles, tres meses que nos han permitido constatar, una vez más, que la discusión y el debate respetuoso, franco y honesto no son siempre las premisas desde las que se articula la democracia en nuestras sociedades. Hemos constatado que la democracia en el mundo "libre" del capitalismo resta sumisa a litros y litros de tinta y horas y horas de tertulias donde profesionales de la opinión conforman los relatos de las mayorías. Este ha sido nuestro defecto durante estos meses, la ingenuidad de creer que un debate de país, y no sólo de poder, era posible.

Hemos cerrado la negociación. Ni Mas ni Marzo. Tenemos nuevo presidente y la legislatura ha comenzado. La CUP-CC en esta etapa que comienza será como siempre el acelerador del proceso y el freno de todas las políticas que pretendan continuar agrediendo, a golpe de tijera, al conjunto de las clases populares. Lo serán nuestras diez diputadas en el Parlamento y lo seremos el resto desde cada lucha, desde cada pueblo, desde cada barrio de los Países Catalanes.

Esto somos y a eso nos debemos los y las diputadas de la CUP-CC. Dos de ellos, fruto del acuerdo con JxSI, devolvemos el acta de diputados pero, para nosotros, no hay dimisión posible. El desconocimiento de la CUP-CC les ha hecho pensar que esto nos podía hacer daño, pero el acta de diputado no nos hace más fuertes a la CUP-CC, sólo nos hace más públicos. Dejamos 10 voces en el parlamento, como ayer, y volvemos a las calles a trabajar, incansablemente. Ningún acta de ningún parlamento puede matar ni la rebeldía ni la esperanza. Devolvemos el acta para restar donde estábamos, dispuestos a seguir trabajando y luchando para hacer de la República Catalana un reflejo ejemplar de la sociedad que queremos construir.

Julià de Jòdar y Josep Manel Busqueta, 13 de enero de 2016

Discurso de Anna Gabriel en el pleno de investidura de Carles Puigdemont

Discurso de Anna Gabriel en el pleno de investidura de Carles Puigdemont
01/10/2016




Buenas tardes a todos,

En nombre de la CUP-CC, y por tanto, de todas, iniciamos nuestra breve intervención en este pleno de investidura.

Un Pleno que, para nosotros, da el pistoletazo de salida a la legislatura que se deriva del 27 de septiembre, y que por tanto, tiene un marcado carácter de excepcionalidad. Y, nuestro compromiso, es que lo tenga.

Excepcionalidad porque debe ser una legislatura de ruptura, de cambios, de construcciones y de retos. Una legislatura que recupere lo que siempre deberían haber sido las instituciones: la voluntad popular.

Hoy investiremos a un Presidente, y es evidente, que ni este presidente, ni el consiguiente gobierno no son ni el presidente ni el gobierno de la CUP. Son el presidente y el gobierno de la lista ganadora del 27S, la lista de JxSi. Hoy, por lo tanto, investimos un Presidente que conformará un gobierno, y que la CUP-CC les damos los votos, en un gesto de confianza para que pongan en marcha la construcción de la República. Pero no más. Por eso serán 8 votos a favor. 2 abstenciones. Es el reflejo de la confianza y también, de la necesaria diferencia.

La CUP estará si hay partida. Y la partida lleva tres nombres; independencia, proceso constituyente y rescate social.

La CUP no piensa dejar de representar ni su programa ni sus votantes, ni su base. Lo hará con la responsabilidad necesaria para permitir que la República avance, pero no a cualquier precio, ni mucho menos desapareciendo.

Lamentamos profundamente las últimas palabras del Presidente Mas poniendo en cuestión los resultados del 27S y vendiendo el acuerdo con la CUP como el precio a su cabeza. Estos tres meses de tensión negociadora seguramente provocan estas lecturas partidistas. Ayer no hicimos un acuerdo de vencedores y vencidos: ¿qué tipo de futuro estaríamos construyendo si así fuera?

A los ilusos enterradores de la CUP: la CUP acaba de perimetrar el guión y los actores de la etapa clave en la construcción de una República libre y soberana. Tras el 27S y de acuerdo con los compromisos adquiridos en campaña, la CUP situó las bases del siguiente período en tres pilares: la agenda de la desconexión con el Estado, la configuración del proceso constituyente y las imprescindibles y nunca suficientes medidas de rescate sociales.

Pero al mismo tiempo exigió un mando compartido para los 18 meses de mandato: plural y transversal, que no pivota como había pivotado las últimas legislaturas en una figura ultrapresidencialista que podía parecer que confundía el proceso con su persona. Y finalmente, in extremis, los 18 meses que ahora empiezan lo hacen con un presidente diferente.

Carles Puigdemont, tienes la enorme responsabilidad de ser el Presidente de la transición a la República. Tienes el reto de abrir el proceso aún más. De hacerlo más plural, más transversal. De buscar acuerdos, mientras avanzamos sin demora. Tienes la oportunidad de cerrar etapas que no queremos volver a abrir, y por tanto, la oportunidad de no tener que volver a lamentar o excusar comportamientos y medidas.

Tienes, tenemos, la oportunidad de empezar un nuevo camino, y que éste se dirija, sin duda, hacia un país libre, soberano, y que por tanto, vea en sus soberanías su mejor fortaleza de libertad.

Pero tienes, porque nos hemos comprometido tenemos, un período de 18 meses, por lo tanto, el programa de gobierno que queremos escuchar, no es lo que podría desplegarse en dos legislaturas ... es el programa que hará posible la ruptura, el proceso constituyente y el rescate social. Este es el verdadero reto. No investimos a un presidente autonómico, hemos dicho que investiríamos a un presidente que nos lleve a unas elecciones constituyentes con el país más convencido que nunca que la República es la esperanza.

A nuestro alrededor tenemos una sociedad que tiene hambre de justicia, democracia y soberanía. Que quiere decidir como nunca cómo debe ser su país, sobre qué justicia se debe construir y qué relaciones de igualdad social se han de establecer.

A nuestro alrededor tenemos gente sin casa, gente pobre, gente muy pobre, gente parada, gente que no encuentra en la sanidad pública su derecho más preciado. A nuestro alrededor tenemos represión política, tenemos personas que sufren por los juicios que tienen pendientes.

A nuestro alrededor tenemos homofobia, y jóvenes que acaban con su vida por qué no pueden soportar más la dureza del acoso de una sociedad que no acepta identidades que, para nosotros, son muestra de riqueza, respeto, y libertad.

A nuestro alrededor tenemos víctimas de violencia de género, tenemos secuestrado el derecho a nuestro propio cuerpo. Tenemos niños que no tienen derecho a soñar y tenemos expresiones violentas de extrema derecha. A nuestro alrededor tenemos recursos naturales en peligro, tenemos un territorio demasiado devastado y una burbuja de ladrillo que nos ahoga.

Pero también es cierto que tenemos la mejor estructura de estado que puede tener cualquier país, y es su gente. Y sobre todo, la gente que lucha, que se manifiesta, que escribe, piensa y habla para poder lograr que de una vez por todas se revierta un régimen que mantiene privilegios indecentes mientras expulsa a su gente a las peores de las precariedades.

El acuerdo al que ha llegado la CUP-CC, por tanto, hace indisociable de nuevo la identidad política que siempre hemos reivindicado. Somos independentistas, somos anticapitalistas, somos feministas. Y por eso, nos comprometemos con la ruptura, el proceso constituyente y con el rescate social.

Y todo ello teniendo ante nosotros un mundo que nos mira, porque también es un mundo de luchadoras. Y unas instituciones europeas que se esfuerzan para dictar los latidos de nuestra pobreza. Unas instituciones europeas que no han entendido que la mejora Europa, lo hemos dicho muchas veces, no es la de las riquezas materiales, sino la de las riquezas humanas.

Y también tenemos delante a un Estado que no cederá un milímetro. Las elecciones del 20 de diciembre en el conjunto del Estado dieron la victoria por más de 2/3 de los diputados del Congreso a las fuerzas del régimen: PP, PSOE, C 's. 253 diputados de 350.

Una mayoría más que absoluta para impedir ningún espacio de soberanía, de derecho a decidir, de democracia. Se agradecen los esfuerzos de cierta izquierda española para defender el derecho de los y las catalanas a decidir libremente su futuro, pero también tendrán que entender el derecho de empezar a batallar este futuro sin el imposible permiso de un Estado que se revuelca en su autoritarismo y desprecio a la democracia y a la diferencia.

Sabéis que nos esperan, necesariamente, actos de firmeza ante la imposición de su legalidad. Y sabéis, señores y señoras, que nosotros sólo podemos interponer nuestra legitimidad. Preparémonos para el embate, preparémonos para resistir, porque nosotros nos hemos preparado para ganar.

Creemos que a partir de hoy nos corresponde emitir señales inequívocas, los únicos que nos pueden hacer ganar la base social necesaria para hacer irreversible la República:

Las luchas colectivas, nunca pueden depender de una única persona.

Las Repúblicas se construyen rescatando personas, no bancos.

Y las Repúblicas se pueden construir siendo embrión de solidaridad e internacionalismo tierno y firme.

Y así, sólo así, y con la máxima de las expresiones de fortaleza colectiva; participación y movilización social, haremos posible que esta República sea digna de las conquistas sociales y democráticas que anhelamos

Y en la línea de las señales inequívocas, por parte de la CUP-CC, la generosidad de siempre: explicación al país, no como cesión, sino como componente inseparable de nuestra cultura política. Y generosidad que es dignidad, porque nosotros no hacemos de la política profesión, sino virtud, y no nos importa asumir relieves entre los nuestros.

Y en último lugar, ahora es la hora del sentido de país, que es el sentido de recuperar el poder popular. Los partidos, las instituciones y los cargos electos que formamos parte, somos un instrumento.No somos un fin.

Nosotros, la gente de la CUP-CC:

Hacemos nuestra la declaración del 9 de noviembre.

Haced vuestro nuestro motor con la mano extendida hacia la independencia. Vamos lentos porque vamos lejos. Lejos también porque nosotros seguimos yendo a los Países Catalanes.

Haced vuestro el puño cerrado contra la injusticia y las desigualdad.

Haced vuestra la mirada de esperanza comprometida.

Y mientras tanto, os damos lo mejor que tenemos:

La palabra, la herencia, la memoria, la perseverancia y sobre todo, el mundo nuevo en nuestros corazones.

Traducción del autor de este bloc sobre la transcripción del discurso de Ana Gabriel en el pleno de investidura.